La microfranquicia es un modelo de negocio novedoso y sumamente interesante, que ha demostrado ser muy exitoso en países como México, Colombia, Brasil y la región Centroamericana, donde se ha convertido en una alternativa de inversión y desarrollo empresarial y social.
Básicamente, una microfranquicia cuenta con todos los elementos fundamentales que conforman una franquicia, sobre todo la transmisión de un “know how” y uso de una marca comercial reconocida. También debe contar con soporte técnico y mucho apoyo de parte del franquiciante. La diferencia fundamental con una franquicia radica en los montos de inversión: una microfranquicia debe requerir desde US$2,500.00 hasta un máximo de aproximadamente US$20,000.00, incluyendo en dicha inversión todo lo necesario para que el negocio pueda funcionar.
Además, para que sean exitosas, las microfranquicias deberán ser sumamente prácticas (sobre todo en cuánto a sus manuales operativos, contratos y el modelo de negocios), fácilmente escalables, sostenibles, incluyentes, y adaptadas a la realidad de los microfranquiciados y sus potenciales consumidores.
Es importante recalcar que si bien una microfranquicia está concebida como un modelo de negocios pequeño, los actores o franquiciantes que suelen están detrás del desarrollo de estos modelos de negocio suelen ser empresas medianas o grandes, con un corporativo y una logística robusta. Para estos actores empresariales, la ventaja radica en la creación de nuevos mercados, nuevas rutas de distribución, distribuidores más comprometidos con el negocio y en el fortalecimiento de la Responsabilidad Social Empresarial del corporativo.
Empresas transnacionales como Danone en Brasil, Nestlé en la República Dominicana, Cemex, en México, o la embotelladora cbc en Guatemala han desarrollado con mucho éxitos modelos de microfranquicias o redes de distribución inclusiva. También existen cadenas de comida rápida, farmacias, ferreterías, purificadoras de agua, agencias de viaje, entre muchísimos otros modelos de microfranquicias, cada uno más novedoso (y beneficioso) que el anterior.
Si bien las microfranquicias fueron concebidas originalmente como una forma de auto empleo, han resultado ser inversiones interesantes para una gama muy variada de personas, desde estudiantes universitarios, retirados, madres solteras o familias en búsqueda de nuevas formas de ingreso.
La microfranquicia es, sin duda, un modelo de negocio muy noble, que genera riqueza para todos los involucrados, y que vale la pena explorar con mayor detenimiento.
David Rivera Sikaffy
Presidente Chevalier Asesores Guatemala, S.A.
Miembro de FCI